Historia
Las autoridades antiguas difieren grandemente con referencia al ascenso, al progreso, la extensión y la duración de este imperio. Pero su historia comienza con los sumos sacerdotes de Asur. Al principio era una provincia de Babilonia hasta el tiempo de Amurabi (1728- 1688 a. de J.C.), y no se ha determinado exactamente cuándo se independizó. La primera capital fue Asur, en la ribera derecha del río Tigris, como a 96 Kms. al sur de Nínive, su capital posterior.
Como todas las demás naciones antiguas y guerreras su territorio fue diferente en los distintos períodos de su historia. Pero hablando en términos generales, de los tres grandes países era el que estaba más al norte, y ocupaba el llano de Mesopotamia. Estaba limitado al norte por las montañas Nifates de Armenia, al oriente por Babilonia; al sur por Media; al oeste por la vertiente del río Éufrates. De norte a sur tenía como 450 Kms. y 257 Kms. de este a oeste.
Era una tierra muy fértil y por consiguiente mantenía una población grande. Esto, además, la hacía ser el centro de muy importantes movimientos políticos. Muy pronto sus habitantes alcanzaron gran prosperidad y un alto grado de civilización. Este dato es declarado por muchos escritores antiguos y por la investigación de hombres científicos. Hay ruinas de muchos canales de irrigación, acueductos y ciudades poderosas. Las ruinas demuestran que muchas ciudades estaban agrupadas alrededor de Nínive, y en las riberas del río Tigris se ha encontrado ruinas en una distancia de 322 a 482 Kms.
Excavaciones recientes han mostrado que los asirios conocían bien las artes y las ciencias. Era gente muy afanosa, con un buen espíritu de ingenio y gracia, como también de buen gusto. Hacían y usaban vidrio transparente y lentes de aumento. Hubo cuatro períodos distintos en la historia de Asiria: (1) El período primitivo, que comprende la fundación de la primera colonia por Asur hasta el tiempo de Tiglath-Pileser I, cerca de 1120 a. de J.C. Durante este tiempo comerciantes y soldados asirios viajaban hasta Capadocia. Se rebelaron y no solamente ganaron su independencia de Babilonia, sino que la dominaron. Antes de que este período concluyera Babilonia se rebeló y rechazó a los conquistadores asirios de su país. (2) El imperio antiguo de Tiglath-Pileser I, 1120 a. de J.C. a Pul (o Tiglath-Pileser III), 745 a. de J.C. Después de la muerte de Tiglath-Pileser I el país declinó y cayó bajo el poder de los arameos. Más tarde revivió bajo reyes fuertes, como Salmanasar II, y dominó países tales como Siria, incluyendo Fenicia, Edom y Filistea; también Armenia y Tarso de Cilicia. Otra vez la nación decayó hasta que Tiglath-Pileser II, la restableció. (3) El segundo imperio desde Tiglath-Pileser III, 745 a. de J.C., hasta el rey Esarhadón, 681 a. de J.C. Este segundo imperio fue fundado por Tiglath-Pileser III, cuya política era hacer un imperio de toda el Asia occidental, mantenerlo unido por leyes fiscales y poder militar, y asegurar para los mercaderes de Nínive el comercio del mundo. Samaria, Damasco, Neftalí, la capital hetea y Babilonia, todas fueron vencidas por él y por su sucesor, antes del fin de este período. (4) El cuarto período y la caída del imperio, desde Esarhadón, 681 a. de J.C., hasta un sitio por los medos, babilonios y escitas que duró dos años, al fin fue derrotado en 609 a. de J.C. Bajo el mando de Esarhadón el segundo imperio alcanzó su más grande prosperidad, aun conquistando Egipto y haciéndolo tributario de Asiria. Pero cuando su hijo Asur-bani-pal lo sucedió, el lujo y la extravagancia consumieron la fuerza y el esplendor de la nación; Nínive, su capital, fue completamente destruida, y nunca más fue habitada.
El Gobierno y la Religión
Asiria tenía un gobierno despótico, compuesto de muchos reinos unidos solamente por ciertas obligaciones como pagar tributo y respeto a la autoridad suprema. Con pocas excepciones, como en el reinado de Tiglath-Pileser, cada nación tenía sus propios gobernadores, leyes y religión. Por la relajación de esta organización el imperio sufría frecuentes sublevaciones de la gente subyugada, por eso se necesitaba de mucha energía para conquistarlos de nuevo. Trataban de prevenir estas sublevaciones castigando rigurosamente a los culpables. Una manera de hacerlo era desterrando en grandes grupos a los habitantes del distrito transgresor, como hicieron con los judíos.
Tal nación nunca pudo estar segura de su poder para resistir los ataques de las naciones enemigas, y estaba constantemente en peligro de deshacerse. El que haya durado cinco siglos, es un gran tributo a la dirección de sus reyes y al poder y energía de su pueblo. La religión de Asiria era la del estado, y se parecía a la de Babilonia, pero se diferenciaba en dos aspectos importantes: (1) El rey, y no el sumo sacerdote, era supremo. (2) La cabeza de su religión era el dios nacional Asur o Assur, cuyo sumo sacerdote y representante era el rey. Asur era originalmente Asir, "el líder" en guerra, quien, por lo tanto, es representado como el dios guerrero armado con un arco. En la época cuando adoraban al sol en Babilonia, Asur fue identificado como el dios del sol. La semejanza del nombre causó que fuese identificado también con la ciudad de Asur, donde era adorado, en el tiempo cuando las ciudades de Babilonia del norte fueron deificadas, probablemente bajo la influencia hetea. Más tarde todavía, los escribas explicaron que habían tomado el nombre del dios primitivo cosmogónico An-sar, el firmamento de arriba, que en la edad neo- babolónica se pronunciaba Assor. La combinación de los atributos del dios guerrero, que era el dios del ejército, con la ciudad deificada a la cual pertenecía el ejército, causó que Asur llegara a ser la deidad principal de una nación militar. El ejército era "las tropas de Asur", los enemigos eran "los enemigos de Asur", y demandaban que ellos confesaran la supremacía de este o eran destruidos. Asur era considerado supremo sobre todos los demás dioses. Originalmente, su contraparte femenina que era Asirtu, la Asera del Antiguo Testamento, había estado a su lado, y algunos literatos sugirieron que su esposa había sido Belit, "la Señora" o Istar, o alguna otra diosa babilónica; pero las tentativas eran puramente literarias. Cuando Nínive tomó el lugar de Asur como capital del reino, Istar, alrededor de cuyo santuario había crecido Nínive, empezó a compartir con él algo de honor en la adoración, aunque su posición fue secundaria hasta el fin. Así sucedió también con el caso del dios guerrero llamado Ninip.